lunes, 30 de agosto de 2010

Me da asco menstruar

He notado una constante en mis dos primeros post de este blog y es que los he escrito durante mi periodo menstrual. El primero lo hice el veintitantos de julio (sólo que lo publiqué en agosto) y el anterior el veintitantos de agosto, un mes después, justo en el periodo que más detesto. Ya hasta creo que cuando ando “en mis días” es cuando menos me quiero y por ello es cuando me considero patética e idiota, y a lo mejor no es una apreciación objetiva. ¿Falta decirlo? Soy tan voluble cuando me desangro por la vagina (como todas las mujeres en edad reproductiva). Me dramatizo más de lo habitual, reacciono con lágrimas a los desplantes de mi novio cuando “normalmente” diría Bájale de huevos, y me siento asquerosa: inflamada, fea, apestosa… todo me es incómodo. Para acabarla de fregar me pongo caliente y por supuesto no puedo hacer nada, allá abajo se vuelve un lugar invisitable, indeseable, intocable… ni al vibrador le quiero hacer el daño de traumatizarlo. ¡Y los cólicos! ¡Los malditos cólicos! No, no, no. Todo un martirio. He leído en teorías psicosomáticas que los cólicos responden a un patrón de pensamiento donde una niega su feminidad. ¿Será? Me gustan algunas mujeres, lo admito, pero no niego mi feminidad: (los días en que no estoy menstruando) me encanta ser delicada, maquillarme, lucir sexy, despertar pasiones, hasta competir con otras mujeres por obtener atención en algún lugar público. Así que no creo que por eso la naturaleza me castigue con tremendos cólicos. Lo bueno es que se trata de unos cuantos días. ¡Pero qué largos son esos días! Tan largos como los pelos que me dejo de depilar por aquella zona mientras me desangro, porque why bother? si prácticamente es zona clausurada, zona de desastre. Sólo unos días más, ten paciencia, falta poco y después… a darle vuelo a la hilacha. ¡Ah! Otra cosita: los productos de higiene femenina son cada día más caros, yo pienso que deberían estar subsidiados por el gobierno ya que se trata de un asunto de salud pública (y púbica). ¡He dicho!

2 comentarios:

Kuyenray dijo...

ajajajajaja !, no es que lo odie tan radicalmente, creo que lo asumo con orgullo.
pero puta madre que es molesto e irritanteeeee!
sobre todo en verano !
eeewwww!!!

kilómetro cero dijo...

tú sí me entiendes jeje